Nosotros, mujeres y hombres de radios comunitarias, organizaciones de la sociedad civil de Haití, Jamaica, República Dominicana, Guyana, Dominica, Trinidad y Tobago, Guadalupe, de Asia Pacifico, de Europa y de América latina, reunidos en la Primera Conferencia de Radios Comunitarias en el Caribe, en Puerto Príncipe entre los días 4 y 6 de mayo de 2011 declaramos a la opinión pública nacional e internacional lo siguiente.
Hace más de un año, Haití fue afectado por un violento sísmo que causó más de 300 mil muertos, más de 500 mil heridos, 1 millón 500 mil desplazados y daños materiales considerables. Las consecuencias del sismo llevaron a Naciones Unidas a catalogarla como la catástrofe más grave registrada en el mundo durante los últimos cien años.
La situación del pueblo haitiano sigue siendo extremadamente difícil. Más de un millón de personas viven aún en las calles en carpas, expuestas a toda clase de riesgos vinculados al clima, la insalubridad y la inseguridad. Siendo los más afectados niños, personas de tercera edad y mujeres. En el caso de las mujeres se ha incrementado el nivel de la violencia física y sexual alcanzando cifras alarmantes. A eso se añadió una epidemia de cólera que ya mató a más de 5.000 personas en las zonas rurales y barrios más pobres de la capital
La amplitud de las pérdidas causadas por el terremoto y catástrofes como la epidemia de cólera son, en parte, el resultado de un pasado histórico y de una colonización donde se expoliaron las riquezas naturales en beneficio de las grandes potencias de la época y de la imposición de políticas neoliberales por parte de las instituciones financieras internacionales como la Organizacion Mundial del Comercio, el Fondo Monetario Internacional, y el Banco Mundial.
A nivel interno la sucesión de dictaduras militares y civiles contribuyó a debilitar el tejido social y a olvidar las políticas sociales para generar un modelo económico destinado a mejorar las condiciones de vida de la población.
La tragedia que vive Haití deja en evidencia las profundas desigualdades del desarrollo global que condena a pueblos enteros a vivir en la dependencia y el paternalismo. Este panorama, nos obliga a mirar las políticas de cooperación internacional, el rol de la Comisión por la reconstrucción y como éstas contribuyen realmente con el desarrollo y la justicia social.
Afirmamos que el ejercicio del derecho a la comunicación es la garantia del reconocimiento y respeto de los otros derechos humanos que son fundamentales para el fortalecimiento del estado y de las organizaciones sociales,en especial de las asociaciones de mujeres en el país.
Llamámos a dar a conocer y transparentar cómo se invierten los recursos en la reconstrucción del país y para ello la presencia de un sistema de medios de comunicación independiente y radios comunitarias son necesarios para garantizar una reconstrucción incluyente, participativa y con perspectiva de genero.
Llamámos a establecer una política pública que legisle en favor de las radios comunitarias garantizando su existencia como actores sociales del desarrollo democrático con acceso igualitario al uso del espectro radioeléctrico y recursos públicos para su promoción y desarrollo.
Llamámos a que el gobierno haitiano investigue y castigue los culpables del atentado contra la radio comunitaria Carice en el Noreste de Haití
AMARC hace un llamado a los estados, la sociedad civil y los organismos internacionales para sumar esfuerzos con el fin de enfrentar la vulnerabilidad ante la crisis por el cambio climático en el Caribe y en otras regiones del mundo promoviendo procesos democráticos, la justicia social, el respeto de los derechos humanos, el compromiso por la paz y el crecimiento con equidad.
Pto Principe 6 de mayo 2011
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