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martes, mayo 03, 2011

La voz de la radio comunitaria, El Espectador.com


María Pía Matta y su poderosa red de emisoras asociativas


Aunque las emisoras no comerciales tienen razones para celebrar el Día Mundial de la Libertad de Expresión, la censura y la escasa financiación son las principales amenazas.


María Pía Matta es la presidenta de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias, que agrupa a 5.800 medios de comunicación.



¿En qué se diferencia una radio comunitaria de una comercial?

Las radios asociativas son gestionadas por una comunidad local y su posición editorial responde a los intereses de esa comunidad. Son entidades sin fines de lucro, lo que no significa que den pérdidas, sino que los recursos se reinvierten en la propia asociación.

¿Qué opina de las radios comerciales?

En las radios comunitarias pensamos que la radio comercial debe existir, pues esas emisoras le han dado identidad a este continente. Reconozco sus esfuerzos en nuestra región, no nos oponemos a ellas, pero sí queremos defender el espacio que nos merecemos en el espectro radioeléctrico.

¿Cuántas de éstas podrían calcularse en América Latina?

Miles, todos los días nace alguna. Amarc tiene 550 asociadas en América Latina y el Caribe, pero si vamos sólo al caso de Brasil, podríamos contar unas 6.000 radios comunitarias.

¿Cómo nace la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (Amarc)?

Nace en 1983 en Canadá y ahora tiene presencia en cinco continentes, con unas 5.800 radios asociadas bajo el propósito de defender la democratización de las comunicaciones y de acceder a los medios de comunicación para democratizar a la sociedad.

¿Qué amenaza la libertad de expresión en las radios comunitarias de América Latina?

La censura, que no se aplica solamente por vía directa diciendo qué se puede o no decir, sino que se impulsa en la falta de reconocimiento que las emisoras tienen en algunos países. La legislación precaria que protege las emisoras, como en el caso de Chile, Colombia o Brasil, que tienen restricciones sobre las radios comunitarias. Además, la falta de recursos para sostenerse a largo plazo, recursos que deberían ser promovidos por el Estado. Los gobiernos deben mirar lo que está pasando en Argentina y Uruguay, que han avanzado de manera considerable con leyes de óptimo alcance y respetan la libertad de expresión.

¿Y en el caso colombiano?

En Colombia hubo impulsos hace algunos años para la radio comunitaria, pero falta más financiación y atención a radios como las indígenas, que han denunciado amenazas de parte de actores militares. Es evidente que en Colombia hay una exacerbación de la concentración de la propiedad de los medios de comunicación, hay asesinatos de periodistas y también dificultades para expresar lo que quieren. En el último año hemos recibido amenazas sobre algunos comunicadores del Cauca y por esto emitimos una alerta de emergencia internacional junto a Reporteros Sin Fronteras, con quienes trabajamos diariamente en contextos adversos como el colombiano o el hondureño.

¿Qué motivos tienen las radios comunitarias para celebrar el Día de la Libertad de Expresión?

Durante gran parte del siglo XX se entendió que la libertad de expresión era un soporte de los dueños de los medios de comunicación y de los periodistas, pero hoy celebramos la expansión del concepto a que la libertad de expresión es también de los ciudadanos y de los actores sociales que se apropian de los medios.

¿En Latinoamérica cuál ha sido el papel de las radios comunitarias en el desarrollo social?

Desde que nacieron, hace más de 50 años, han jugado un papel fundamental en la alfabetización. En los 70 y 80 las dictaduras convulsionaron a América Latina con la coerción de la libertad y en las posdictaduras las radios comunitarias jugaron un papel fundamental en la recuperación de la memoria, la reivindicación de la libertad pública, el lugar de las mujeres en el poder. La radio ha recuperado las lenguas indígenas y autóctonas que estaban desapareciendo y en situaciones extremas como los desastres naturales, la radio comunitaria ha sido clave como compañía y como medio para acercar a las personas a las ayudas.

Fundó Radio Tierra en Santiago de Chile, ¿Qué representó la aparición de ese medio hace 20 años?

Gestionamos esa idea como un espacio abierto e independiente, Radio Tierra es una radio amplia que habla a diversos sectores. Salimos al aire después de que se terminó la dictadura de Pinochet y trajimos temas que fueron silenciados durante veinte años como aborto y la violencia doméstica.


¿La democracia depende de los medios de comunicación?

No sé si depende, pero es en los medios de comunicación donde se practican y se viven la política, la democracia y la libertad.

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